Reflexiones en torno al cumplimiento de cien años de la fundación del Partido Comunista de China

Por Nicanor Ramírez*

En el próximo mes de julio, hace cien años, en China, una docena de personas estudiosas del marxismo-leninismo, preocupadas por la pobreza y atraso del país, unieron sus fervientes sueños de transformar su país, fundaron el Partido Comunista de China, se colocaron al frente del pueblo, construyeron un frente único de todas las clases y grupos revolucionarios, los dirigieron durante años en la gran proeza de acabar con el régimen semifeudal y semicolonial, venciendo la invasión y el intervencionismo de potencias extranjeras, fundando gloriosamente en 1949, la República Popular China.

El milenario y sabio pueblo chino, desde la antigüedad, ha aportado a la humanidad, grandes inventos: el papel, la impresión, la brújula, la pólvora, el papel moneda, la seda, la acupuntura, y muchas cosas más.

Desde la fundación de la nueva china, con un nuevo punto de partida, estudiando y sintetizando las condiciones globales, ahora el Partido Comunista Chino se coloca al frente de la tendencia internacional y propone a los pueblos del mundo realizar esfuerzos conjuntos para el mantenimiento de la paz mundial, fomentar la cooperación y lograr una humanidad con futuro compartido.

Desde los primeros años de la nueva nación china, ésta se ha adherido inquebrantablemente a los cinco principios de coexistencia pacífica entre los países: respeto mutuo por la soberanía y la integridad territorial, la no agresión mutua, la no interferencia en los asuntos internos de otros países, igualdad y beneficio mutuo, y la coexistencia pacífica. Hay que señalar de manera enfática que los anteriores principios de coexistencia pacífica reflejan fielmente los propósitos y principios de la Carta de la ONU para lograr un nuevo orden internacional. Toda la diplomacia, todas las iniciativas regionales e internacionales chinas se apegan a los anteriores principios.

Cada uno de los nuevos éxitos y logros de China en todos los campos, como en la ciencia, la tecnología, la industria, la agricultura, el deporte, las expresiones artísticas y culturales, etc., son para sentirse felices porque reflejan el trabajo duro y constante del pueblo chino, y renuevan las esperanzas, no sólo porque son muestras palpables del progreso y fortaleza de la República Popular China, sino también porque refuerzan los anhelos de paz, desarrollo y un mejor futuro de todos los pueblos del mundo. Las perspectivas son brillantes porque la nueva generación de dirigentes del Partido Comunista de China, nacida en la nueva china, mantiene vivos los anhelos fundacionales del partido.

*Nicanor Ramírez es ingeniero mexicano, asiduo lector de China Hoy desde hace más de 50 años.

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