Por Sergio Gómez y Érika Guarachi
WUHAN, 7 feb (Xinhua) — La epidemia del nuevo coronavirus sorprendió a un considerable número de latinoamericanos y caribeños que estudian o trabajan en la ciudad central china de Wuhan, epicentro de una encarnizada lucha contra la propagación de la enfermedad.
“En estos momentos me encuentro dentro de la residencia universitaria cumpliendo con el aislamiento decretado por el Gobierno y aquí se mantiene un ambiente calmado”, cuenta la ecuatoriana Yadira Oña, de 27 años, estudiante de posgrado en la Universidad Normal Central de China.
“La universidad está muy pendiente de nuestra seguridad y bienestar”, refiere Oña. “Fue muy acertado el hecho de restringir la movilización y acumulación de personas mientras todo se resuelve, así se evita aún más la propagación del virus”.
La joven reconoce que su vida cambió a partir del brote de la enfermedad: “Obviamente no podemos salir, así que todo se limita a realizar actividades dentro de la habitación como leer, ver películas y hacer ejercicio”.
Wuhan ha sido testigo en las últimas semanas de medidas sin precedente para contener la epidemia de coronavirus. Las autoridades ordenaron el aislamiento de la ciudad de más de 10 millones de habitantes y construyeron dos hospitales provisionales en un tiempo récord de 10 días para atender al creciente número de pacientes.
Al mismo tiempo, profesionales médicos de todo el país han viajado hasta la capital de Hubei para sumarse a la primera línea del combate contra la enfermedad.
“El Gobierno local de Wuhan, así como el Gobierno de China, están actuando de manera diligente”, asegura el cubano Samuel Junco, quien vive hace varios años en la urbe y se dedica a la docencia y la consultoría.
“En un principio hubo cierta descoordinación producto de lo novedoso de la situación y todo el pánico y el caos social que se crea, lo cual es normal”, añade. “Pero se controló rápidamente”.
Entre las medidas tomadas, Junco destaca el decreto de cuarentena de la ciudad para focalizar y contraatacar al virus, una eficiente difusión de información que ayuda a concientizar a las personas acerca de lo que está ocurriendo y cómo deben protegerse, así como las labores de saneamiento en los lugares públicos.
Respecto a la atención recibida por parte de las autoridades locales, Junco resalta que se ha habilitado una línea de ayuda para los extranjeros las 24 horas en idioma inglés.
“China es un país densamente poblado, lo cual hace muy difícil llegar a cada una de las personas, pero ellos trabajan en función de eso”, señala.
Según información oficial, un total de 19 ciudadanos extranjeros habían resultado infectados hasta el momento. Dos de ellos se han curado y recibido el alta del hospital mientras otros 17 reciben tratamiento en cuarentena.
“China ha dado gran importancia a las preocupaciones y demandas de los ciudadanos extranjeros en China, especialmente aquellos en Wuhan, provincia de Hubei”, dijo el jueves en una conferencia de prensa en línea la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Hua Chunying.
Hua precisó que la cancillería del país asiático y los gobiernos locales relevantes han celebrado reuniones informativas con las embajadas y consulados extranjeros en China para responder a sus inquietudes de manera oportuna.
Contrario a lo que se intenta mostrar en algunos medios extranjeros, el ambiente predominante en Wuhan y el resto del país es de optimismo y confianza en lograr una victoria frente al coronavirus.
“Pienso que China va a poder remontar la situación, pues cuenta con los recursos, con el personal calificado y con la voluntad”, asegura Junco.
Oña coincide. “Es verdad que la población de China es extensa y que por eso mismo toma más tiempo, pero tengo muchas esperanzas de que el país pueda manejar la situación ya que cuenta con los recursos para hacerlo”.
El estudiante de maestría brasileño João Martínez salió de Wuhan antes de que se decretara el aislamiento y en estos momentos se encuentra en su país. Sin embargo, tiene claros los planes una vez se supere el brote.
“Toda mi vida está en Wuhan, mis estudios… Yo sé que esa situación pasará y todo regresará a la normalidad. Mientras tanto sigo en mi casa esperando noticias del Gobierno chino diciendo que ya podemos regresar y que todo ha terminado”, asegura.
