El argentino Milo Lockett, artista plástico, curioso, viajero y emprendedor, pintaba hoy miércoles al mediodía la escultura de una vaca de tamaño natural en la embajada de su país en Beijing, rodeado de alumnos de escuela de entre nueve y 11 años que a su vez se afanaban sobre figuras más pequeñas. Sentado en el suelo, con el mandil de faena lleno de manchones, sonreía, tras cuatro días de intensa actividad: “Me siento como Marco Polo”.
Originario de la provincia del Chaco, en el norte argentino, Lockett reconoce: “En Latinoamérica no tenemos ni idea de China. Nos imaginamos otra cosa”. Desde que empezó su periplo por Beijing el pasado 29 de abril, ha presentado una muestra de su obra en el capitalino distrito 798 del arte, ha dado una conferencia a estudiantes universitarios de español en la Universidad de Estudios Extranjeros de Beijing y se ha reunido con el presidente del Museo Nacional de China, Wu Weishan, una agenda apretada que le ha dejado con una sensación constante. “Estoy fascinado”, repite.
“Cuesta mucho entender en un viaje lo que está sucediendo, porque China va como saltando etapas. Tiene un crecimiento que no tiene dimensiones parecidas en ninguna parte de mundo”, abunda el artista, que visita China por primera vez. Sobre el carácter local solo tiene elogios: “Son muy trabajadores, son educados, son limpios, les encanta el progreso”, celebra.
Lockett se volcó en el arte tras poner fin a un negocio textil a partir de 2001, y hoy es reconocido en su país por su estilo contemporáneo, caracterizado por el uso del color y el trazo accesible, que puede observarse estos días en Beijing. La actividad de hoy con escolares forma parte de sus señas de identidad. “Me gusta pintar con chicos para conocerlos. Siempre que viajo a otro país trato de interactuar con la gente desde un lugar más sencillo, no como maestro o artista, sino de igual a igual”, explica.
La idea de venir a China surgió tras un encuentro en Argentina con Viviana Fontanini, la esposa del embajador, Diego Guelar. Ahora espera dar continuidad a esta visita. “Me gustaría hacer una muestra grande. Hay muchas ciudades donde exponer, estoy entusiasmado con esa idea, de volver”, planea.
Ausente estos días, el embajador dejó un mensaje para la inaguración de la exposición en el distrito del arte, que acoge la galería AIO Space. “Es una alegría tener en China a un gran artista nacional, pero grande no solo por la calidad de la obra sino también por su volumen como personalidad pública, su vocación solidaria y su capacidad para inspirar a argentinos, latinoamericanos y, a partir de ahora, seguramente también a ciudadanos chinos”, alababa la misiva.
(Fuente: Xinhua en Español)