En el marco de la celebración de las sesiones anuales de la Asamblea Popular Nacional (APN), el máximo órgano legislativo, y de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, el máximo órgano de asesoría política, periodo conocido popularmente como las “dos sesiones”, el embajador de Argentina en China Diego Guelar analizó las cuestiones actuales relativas al país asiático y tomó el pulso a las relaciones bilaterales entre ambos países en una entrevista con Xinhuanet.
Xinhuanet:Otra de las cuestiones que también se están tratando en la Asamblea Popular Nacional, el máximo órgano legislativo del país, es un borrador de ley de supervisión diseñado para sentar las bases legales de un equipo de trabajo actualizado dedicado a la lucha contra la corrupción. ¿Qué le parece esta iniciativa?
Diego Guelar:Creo que la corrupción es como la droga. Es una plaga, una cosa muy grave que a cualquier sociedad la pone en riesgo. Es decir, el desarrollo de la corrupción, tanto pública como privada, mina las posibilidades de desarrollo de un país. No es un hecho complementario o secundario, sino que llega a la médula del sistema. Creo que el presidente Xi Jinping fue consciente del alto nivel en que estaba ocurriendo en China y decidió ponerle un límite y erradicar este fenómeno. Creo que la campaña anticorrupción que se viene llevando a cabo en China es uno de los temas que tenemos en común entre el presidente Macri y el presidente Xi Jinping.
Nosotros estamos desarrollando el eje anticorrupción de forma muy activa en Argentina. Esto ocurre no solo en mi país, sino en toda la región. El caso más notable es Brasil, que muchos definen como una crisis política, pero creo que es un salto adelante. Esta etapa de limpieza del sistema en Brasil, donde tuve el honor de ser embajador, lo veo con enorme optimismo. Forma parte de este proceso universal donde el ejemplo chino también nos dice que es posible sanear un sistema que tenía problemas de corrupción muy grandes y esos problemas de corrupción cuestan miles de millones de dólares que finalmente no pueden utilizarse ni para terminar con la pobreza ni para mejorar el medio ambiente. Nos consume recursos vitales. Creo que es uno de los ejes centrales de esta nueva agenda del siglo XXI.
(Fuente: Xinhua en Español)