ESPECIAL: Atractivos del pabellón de China fascinan a cubanos en Feria del Libro

Edith Pereira tiene 75 años, ya es bisabuela pero se conserva lozana y vital a pesar de la experiencia acumulada y las décadas vividas; mucha de esa energía que presume hoy se la agradece a sus vecinos chinos.

En un modesto barrio de Santa Clara, ciudad ubicada en el centro del país, a unos 280 kilómetros al este de La Habana, vivió su infancia y primera juventud.

Edith cuenta a Xinhua que allí se asentaron muchas familias provenientes de China en la oleada migratoria de principios del siglo XX.

De ellos aprendió a cuidar su salud, a desarrollar el gusto por los alimentos más sanos, hacer ejercicio físico con frecuencia, a controlar su respiración y a decir algunas frases en aquella extraña lengua que provocaba risas a algunos, pero a ella le parecía melodiosa.

Por eso la nostalgia y emoción al ver el interés que despertó la caligrafía y el idioma chino en su bisnieto Gabriel Gómez, un pequeño de ocho años que permanecía inmóvil ante la mesa donde jóvenes estudiantes del Instituto Confucio de La Habana interactuaban con el público asistente a la XXVII Feria Internacional del Libro de La Habana.

“Me ha recordado mi niñez porque en el barrio donde me crié había muchos chinos y yo aprendí de jovencita a decir algunas palabras, ya se me han olvidado pero me emocionó ver cómo a mi bisnieto le deslumbró la caligrafía china y la pronunciación de las palabras que nos dijeron”, comentó.

Edith había esperado muchos años para que la cita literaria más importante de Cuba tuviera a China como país invitado de honor, era una deuda, consideró y hoy se siente feliz de compartir con su pequeño viejos recuerdos.

Además de mostrarle el porqué de su afición por esa nación asiática y ser testigo del primer acercamiento de Gabriel a la cultura china, Edith guarda una grata sensación.

“Mi bisnieto y yo estamos encantados con el Pabellón de China, nos ha gustado mucho ver lo que han traído a esta feria, las iniciativas que hacen todos los días para que los cubanos nos enamoremos de su cultura que es tan rica y preciosa”, manifestó.

Dentro de las actividades, los concursos de caligrafía y pronunciación son los que más llaman la atención, porque los voluntarios demuestran a los asistentes el arte de escribir en mandarín y decir correctamente algunas palabras.

“Me dibujaron un ratón en forma de letras chinas, me gustó mucho porque es muy lindo. El chino me parece que se puede aprender fácil porque son formas y dibujos que a los niños les gusta mucho, me gustaría aprender rápido a leer y escribir chino”, dijo determinado Gabriel.

Un comentario que a los estudiantes del Instituto Confucio presentes les arrebató sonrisas mientras afanados cuidaban los trazos para cumplir las numerosas peticiones del público de llevarse a casa un símbolo chino relacionado con cada quien; pero a la bisabuela, la convicción de Gabriel la llenó de orgullo.

“Me entusiasma que a mi niño también le haya gustado y se haya interesado en aprender porque eso lo ayuda a desarrollarse. En nuestro país, China es muy popular y admirada, pero creo que deberíamos conocer más sobre su cultura y esta feria nos va a ayudar a actualizarnos”, indicó Edith.

Consideró que las diez jornadas de duración del evento editorial más importante de la isla servirán para que el pueblo se reencuentre con las raíces chinas que conforman también la identidad cubana.

Un empeño que los expositores del país homenajeado han cumplido con creces a partir del gran despliegue de libros y actividades culturales que realizan a diario en las áreas aledañas al pabellón de China, donde maravillados acuden cientos de personas.

Hasta el próximo domingo 11 de febrero los habaneros tendrán la oportunidad no sólo de aprender palabras y símbolos, sino también adquirir textos recientes y clásicos de la literatura china.

Además de intercambiar con reconocidos escritores de ese país asiático, representantes de más de 60 casas editoriales y artistas invitados que a través de presentaciones de libros, firma de convenios de cooperación, donaciones, galas, concursos y actividades recreativas, muestran la grandeza de la cultura china en todas sus expresiones.

Una oportunidad que muchos encuestados lamentan no tendrán el resto de los habitantes del interior de la isla, pues la delegación debe regresar a China para participar en los festejos del Año Nuevo Lunar y no podrá acompañar el periplo de la feria del libro en las restantes provincias caribeñas.

No obstante, más de 7.000 ejemplares de las más diversas temáticas fueron traídos por las editoriales chinas para su venta en la cita literaria que se extenderá hasta el 13 de mayo por toda Cuba.

(Fuente: Xinhua en Español)

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