ESPECIAL: Analistas ecuatorianos avizoran reordenamiento político con Trump

La presidencia de Donald Trump en Estados Unidos, que comenzó este viernes, genera incertidumbre para América Latina y avizora un nuevo reordenamiento político, donde la región podría ser vulnerable a la influencia del país del norte, según expertos ecuatorianos.

El analista en política internacional, Adrián Bonilla, dijo a Xinhua que “más allá de la retórica, lo que podría significar el gobierno de Trump para América Latina, es una vuelta al proteccionismo y al aislacionismo estadounidense”.

El aislacionismo fue una doctrina practicada por Estados Unidos durante gran parte de su historia, con el fin de no intervenir en asuntos externos que no entrañaran una amenaza real para su país.

“Esto significa, por ejemplo, la posibilidad de que los tratados de comercio que se firmaron con México, Centroamérica, El Caribe, Colombia, Perú y Chile sean revisados”, dijo.

El también catedrático de relaciones internacionales de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) dijo que significa, además, “el levantamiento de nuevas barreras arancelarias e impositivas a los productos que los países latinoamericanos exportan hacia Estados Unidos”.

Bonilla comentó que estas eventuales decisiones tendrían un impacto directo en el ámbito comercial.

“Esto significaría una disminución de las exportaciones, si es que hay más barreras comerciales, un encarecimiento de los productos latinoamericanos y, por lo tanto, una afectación en la economía de los productores y exportadores”, apuntó el entrevistado.

El docente de Flacso recordó que Estados Unidos es el principal socio comercial de la región andina y de Centroamérica.

Consideró que en el plano político existe también una “retórica agresiva” de Trump contra la Unión Europea (UE) y China, no solamente en términos comerciales, sino en términos estratégicos.

“Se siembran dudas sobre la capacidad de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) como alianza estratégica militar y se plantea una política agresiva hacia China, tanto en lo comercial como en lo territorial”, dijo Bonilla.

Agregó que entonces se tiene “un reordenamiento político, donde América Latina puede ser vulnerable a la influencia estadounidense”.

“En las últimas dos décadas, ha sido muy lejano un horizonte de intervenciones directas y el uso de la fuerza de Estados Unidos en América Latina, pero todas las reglas del juego están cambiando y esa opción eventualmente puede volver a aparecer en el horizonte”, dijo.

El analista observó que la propuesta de Trump de endurecer la política migratoria para detener y combatir la migración a Estados Unidos, va a significar una disminución de remesas de los migrantes latinoamericanos en ese país.

Significará, asimismo, un tratamiento especial y discriminatorio a los latinos residentes y una disminución de la intensidad de las relaciones comerciales con América Latina.

Dijo que en estos momentos Trump genera “incertidumbre”, porque ha anunciado varias políticas que alterarían el orden comercial actual, “y eventualmente el orden militar y estratégico global”.

“Y cualquier alteración de esos órdenes, sin duda va a suponer una reacción de las entidades económicas, políticas y militares cuyos intereses sean afectados”, subrayó Bonilla.

Agregó: “Por el momento es claro que hay una retórica anti latina en el hemisferio occidental y a nivel global, anti europea y anti China”, abundó, tras señalar que Ecuador no es una prioridad para Estados Unidos, ni siquiera lo es América Latina.

“Y las consecuencias de esas políticas van a ser el resultado de medidas de carácter general hacia el hemisferio que se tomen en Estados Unidos”, vaticinó el experto.

Anotó además que Ecuador no tiene la capacidad de neutralizar las políticas estadounidenses, y que lo que “se puede avizorar, es que si la retórica se cumple, las relaciones de Estados Unidos con toda América Latina, incluido Ecuador, no van a ser buenas”.

A su vez, el editorialista en temas internacionales, Joaquín Hernández, señaló a Xinhua que coincide “con ese espíritu de incertidumbre” de América Latina frente al ejercicio de la presidencia de Trump.

“Porque si bien es cierto ha habido ya anticipos (de sus políticas) y algunos se han reafirmado en estos días, no sabemos realmente cómo él va en concreto a manejar la política, no sólo a nivel de América Latina, sino también a nivel mundial”, comentó Hernández.

Acotó: “Estamos en un compás de espera para ver qué posiciones va a tomar (Trump) frente a determinados temas, si América Latina realmente forma parte de su agenda”.

El especialista resaltó que esa fue una de las críticas al saliente presidente Barack Obama, cuya administración mostró poco interés en su política exterior hacia América Latina, aunque mantuvo “esporádica” atención a Cuba por el restablecimiento de la normalidad diplomática.

“Vamos a ver a qué niveles de acuerdos se pueden llegar. Evidentemente hay un distanciamiento entre ambos (gobiernos), distintos modos de pensar, pero también la política internacional se hace a base de acuerdos”, afirmó Hernández.

Tanto Hernández como Bonilla coincidieron en señalar que las relaciones de Ecuador con el gobierno de Trump son inciertas, aunque en los 10 años de gobierno del presidente ecuatoriano, Rafael Correa, ha habido “épocas de relaciones armónicas, pero distantes”.

Correa, quien en mayo dejará la presidencia de Ecuador tras 10 años de gobierno, ha sido un duro crítico de la política exterior de Estados Unidos, la cual ha calificado de “terrible”, sobre todo respecto a América Latina.

El mandatario afirmó el 9 de diciembre pasado en entrevista con medios locales, que la llegada de Trump a la Casa Blanca será nefasta para el mundo, pero logrará unir a América Latina ante decisiones de su administración relacionadas con migrantes.

“Yo creo que Trump va a ser nefasto para Estados Unidos y para el mundo. Va a hacer mucho daño a América Latina, pero va a tener un efecto positivo, va a cohesionar América Latina”, afirmó entonces Correa.

“Esto nos sirve para unir a América Latina, ya se empieza a ver aquello, la reacción de toda la región frente a todos los mensajes xenófobos, anti migración, imperialistas de Donald Trump”, dijo.

El mandatario ecuatoriano también ha señalado que no comparte ni la ideología ni los valores que representa Trump, y que en lo personal jamás tendría como amigo a alguien así, lo que según analistas hace prever unas tensas relaciones.

(Fuente: Xinhua en Español, por Elena Chuquimarca)

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