El
20 de junio, el Embajador chino en México Qiu Xiaoqi visitó el Colegio
de Defensa Nacional de México y dictó una conferencia magistral bajo el
título: “China: una firme fuerza para defender la paz y el desarrollo
mundiales”. A continuación el texto completo del discurso del Embajador
Qiu Xiaoqi.
Distinguido Señor Secretario de la Defensa Nacional, General de Divsión Salvador Cienfuegos Zepeda.
Distinguido
General de Brigada Angel Prior Valencia, Director General de Educación
Militar y Rector de la Universidad del Ejército y Fuerza Aérea.
Distinguido General de Brigada Guillermo Almazán Bertotto, Director del Colegio de Defensa Nacional.
Apreciados docentes y alumnos.
Señoras y señores, amigos todos.
Muy buenos días a todas y a todos ustedes.
Es
para mí un gran placer estar aquí en el Colegio de Defensa Nacional
para reunirme con ustedes. Esta es la primvera vez que un embajador
chino dicta una conferencia en la máxima casa de estudios militares de
México, lo cual evidencia plenamente el rápido e integral desarrollo de
las relaciones entre nuestros dos países y sus fuerzas armadas. Quiero
aprovechar la ocasión para reiterar mi sincero agradecimiento al señor
secretario de la Defensa Nacional por su cordial invitación y expresar
mis cordiales saludos a los docentes, alumnos y personal en general de
esta institución.
El tema central de mi conferencia será la política exterior y de defensa nacional de la China de hoy. El difunto líder chino Deng Xiaoping, arquitecto general de la
reforma y la apertura al exterior del país, dice: “El desarrollo es de
maxima prioridad”. La política exterior y de defensa nacional de un país
siempre se adapta a su estado de desarrollo determinado. Para tener un
mejor conocimiento de la política exterior y de defensa nacional de
China, uno deberá conocer primero un poco sobre el proceso y el estado
de desarrollo del país asiático y sus objetivos de desarrollo.
Las
siguientes cifras les permitirán tener un conocimiento sensorial del
actual desarrollo de China. A lo largo de tres décadas transcurridas
desde 1978, año en que China comenzó a aplicar la
política de reforma y apertura al exterior, la economía china ha crecido
en un promedio del 9.8 por ciento anual. En 1978, su Producto Interno
Bruto (PIB) fue de 211 mil 900 millones de dólares y esta cifra superó
los 10 billones en 2014, con lo cual China pasó del décimo quinto lugar
al segundo en el ranking mundial de las economías, superada solamente
por Estados Unidos. El año pasado, China representó
aproximadamente 15 por ciento de la economía mundial en comparación con
el sólo 1.8 por ciento en 1978. El ingreso per cápita subió de los 220
dólares en 1978 a unos 8,000 en 2015, un salto de 36 veces. Las reservas
de divisas del país ascendieron de los 168 millones de dólares en 1978 a
los 3 billones 300 mil millones. Por otro lado, en 2010, el PIB de
China superó el de Japón para convertirse en la segunda mayor economía
mundial. Actualmente, el PIB de China es dos veces mayor que el de
Japón, la tercera economía mundial, cuyo PIB fue de 4 billones 600 mil
millones en 2015, y supera el PIB total de Alemania, el Reino Unido y
Francia. Ahora la economía china está cada vez más ligada a la mundial.
El año pasado, tanto el valor total de las importaciones como el de las
exportaciones del país fueron los más voluminosos a nivel mundial; sus
inversiones en ultramar sumaron 118 mil millones de dólares; y 120
millones de chinos realizaron viajes turísticos al exterior. La economía
china aporta con un 25 por ciento al crecimiento económico mundial.
Nos
sentimos muy orgullosos por los éxitos logrados en el desarrollo
socioeconómico, pero estamos muy conscientes de las dificultades y los
retos que se hallan en nuestro camino. En la actualidad, China se ubica solamente en alrededor del octogésimo lugar en la lista de
países ordenados según su PIB per cápita y está por debajo del nivel
promedio mundial de unos 10 mil dólares. El desequilibrio en el
desarrollo sigue siendo notorio y la brecha entre diferentes regiones y
entre las ciudades y el campo aún es muy grande. Más de 70 millones de
habitantes viven todavía en la pobreza.
Mirando hacia el futuro, China está avanzando hacia sus dos ambiciosas metas centenarias. Una es que
para el año 2020, cuando el Partido Comunista de China (PCCh) celebre su
centenario, el PIB y el ingreso per cápita de China se duplicarán en
relación con 2010, completando así la construcción de una “sociedad
modestamente acomodada en todos los sentidos”. La otra es que para
mediados de este siglo, cuando se cumpla el primer centenario de la
fundación de la República Popular China, el país se convertirá en una
moderna nación socialista próspera, fuerte, democrática, culturalmente
avanzada y armónica, logrando así la gran revitalización de la nación
china. Su PIB per cápita alcanzará el nivel de los países recientemente
industrializados. El 2016 es el primer año de la ejecución del
Decimotercer Plan Quinquenal sobre el Desarrollo Económico y Social de China.
La economía nacional se mantiene estable y está evolucionando
positivamente. Entre tanto, la reforma y el desarrollo se están llevando
a cabo con pasos firmes. En el próximo lustro, implementaremos
cabalmente la estrategia de cuatro tereas integrales, que comprenden
“construir integralmente una sociedad modestamente acomodada,
profundizar integralmente la reforma, avanzar integralmente en el Estado
de derecho, y gobernar estrictamente de manera integral el Partido
Comunista de China”. Y redoblaremos esfuerzos para poner en práctica las
cinco principales concepciones sobre el desarrollo basado en la
innovación, la coordinación, la ecología, la apertura y el beneficio
compartido, en aras de alcanzar la primera meta centenaria. La realidad
nacional de China como la
mayor nación en vías de desarrollo del mundo ha determinado que el
desarrollo sea una tarea primordial para la gobernación y revitalización
del país. El gen histórico del pueblo chino de ser amante de la paz,
sus dolorosos sufrimientos en la historia comtemporánea, su aspiración
al desarrollo y la corriente histórica de la paz y el desarrollo en el
mundo actual también han determinado que China no buscará su desarrollo
siguiendo el viejo camino colonialista y hegemonista de las potencias
occidentales. El presidente chino Xi Jinping ha dejado en claro que el
que China siga el camino de desarrollo pacífico no es una política de
conveniencia ni mucho menos un término del lenguaje diplomático, sino
una conclusión que sacamos con base en la historia, la realidad y un
juicio objetivo sobre el futuro.
Actualmente,
la situación internacinoal está sufriendo cambios profundos. El
desarrollo desequilibrado, la inestabilidad en ciertas regionas y la
imperfecta gobernaza global siguen siendo problemas relevantes. China
toma en todo momento la paz y el desarrollo como el tema central de
nuestro tiempo, promueve la multipolarización y la globalización que son
dos tendencias principales que reestructurarán el mapa mundial actual y
persiste en optimizarlo de manera gradual a través de reformas. China
continuará con su elección estratégica de seguir el camino de desarrollo
pacífico y actuará como un gran país responsable dedicando esfuerzos
para promover una evolución equilibrada de las fuerzas internacionales y
una mayor estabilización del orden internacional, a fin de que todas
las naciones compartan las oportunidades de desarrollo, beneficios y
responsabilidades.
La
elección estratégica de seguir el camino de desarrollo pacífico ha
determinado que China aplicará inevitablemente la política exterior
independiente y de la paz, cuyo objetivo será salvaguardar la paz
mundial y promover un desarrollo conjunto. La norma básica de esta
política exterior consiste en los cinco principios de coexistencia
pacífica y su posición básica es la autodeterminación. La política
exterior china tiene como objetivo fundamental defender la soberanía
nacional y sus intereses de seguridad y desarrollo e impulsar la paz y
el desarrollo mundiales.
Desde
el Decimooctavo Congreso Nacional del Partido Comunista de China,
realizado en noviembre de 2012, la diplomacia china ha logrado nuevos
avances al heredar sus tradiciones. En la actualidad, estamos dedicando
esfuerzos para llevar adelante la diplomacia de gigante con
características chinas, la cual constituye no solamente unas
innovaciones teóricas sistemáticas en materia de política exterior, sino
también unas prácticas diplomáticas con peculiaridades propias de
China. La diplomacia de gigante con características chinas incluye cinco
contenidos principales que son los siguientes:
Primero,
tiene por objeto construir una comunidad de destino compartido de los
seres humanos. Tras plantear las ideas de construir una comunidad de
destino compartido entre China y los países de su entorno y una
comunidad asiática de destino compartido, el presidente Xi Jinping
propuso durante su intervención en los debates generales de la Asamblea
General de la ONU en septiembre del año pasado crear una comunidad de
destino compartido de la humanidad y expuso a cabalidad la hoja de ruta
para hacer realidad esta iniciativa.
Segundo,
tiene como elección estratégica persistir en el desarrollo pacífico.
China no sólo se adhiere al desarrollo pacífico de sí misma, sino
también motiva a los demás países a seguir el mismo camino a fin de
promover mano a mano el desarrollo pacífico mundial.
Tercero,
toma la cooperación mutuamente beneficiosa como el principio
fundamental. La iniciativa china de construir un nuevo tipo de
relaciones internacionales con la cooperación de beneficio mutuo como su
núcleo constituye un importante avance en las teorías sobre las
tradicionales relaciones internacionales de Occidente y su único
objetivo consiste en abandonar las viejas mentalidades de “juego de suma
cero” y “el ganador se lleva todo”, a fin de abrir una nueva
perspectiva de que todos saldrán ganadores.
Cuarto,
toma el establecimiento de asociaciones como la ruta principal.
Abogamos por formar asociaciones en vez de forjar alianzas y sostener
diálogos en vez de entrar en confrontación. Hemos establecido
asociaciones de diferentes formas con más de 80 naciones y regiones del
mundo sobre la base de la igualdad, la coexistencia pacífica y la
inclusión.
Quinto,
toma la adopción de un correcto concepto de justicia e intereses como
la orientación en valores. Defendemos y promovemos la justicia en los
asuntos internacionales y prestamos atención tanto a los intereses como a
la justicia priorizando esta última en sus relaciones con otros países.
Actualmente,
la diplomacia de gigante con características chinas se está
implementando a cabalidad y presenta múltiples puntos brillantes.
Nuestra interacción con las principales potencias ha entrado en una
nueva etapa. La Asociación de Colaboración Estratégica Integral entre
China y Rusia mantiene un buen desempeño. La construcción de un nuevo
tipo de relaciones entre grandes potencias como China y Estados Unidos
ha dado pasos firmes. China y la Unión Europea han dedicado esfuerzos
para forjar una asociación que contribuye a fomentar la paz, el
crecimiento económico, las reformas de ambas partes y los intercambios
bilaterales en distintos ámbitos. Gracias al concepto de “amistad,
sinceridad, beneficio mutuo e inclusión”, la buena vecindad y la
cooperación amistosa entre China y los países del entorno han mostrado
constantemente nuevas perspectivas. La unidad y la colaboración entre
China y los demás países en vías de desarrollo se han reforzado en forma
continua: el mecanismo de cooperación del BRICS es ahora más maduro y
su unidad se hace cada vez más estrecha. Con la creación del Foro
China-CELAC, hemos logrado establecer una red integral de diálogo y
cooperación que cubre todas las regiones en vías de desarrollo. Entre
tanto, China ha participado activamente en la gobernanza global y en la
solución a las cuestiones candentes internacionales y regionales. Y a
través de una serie de importantes iniciativas que abarcan la
construcción del Cinturón Económico a lo largo de la Ruta de la Seda y
la Ruta Marítima de la Seda, y la creación del Banco Asiático de
Inversión en Infraestructura, China ha venido ofreciendo más productos
públicos globales de calidad. En septiembre próximo, la ciudad china de
Hangzhou acogerá la Cumbre del G20 y como anfitrión China contribuirá
con sus propias propuestas y sabiduría a la recuperación económica
mundial.
Señoras y señores, amigos todos.
Defender
la paz y promover el desarrollo es no solamente una importante tarea de
la diplomacia china, sino también una gloriosa misión del Ejército
Popular de Liberación (EPL) de China, que celebrará el próximo año su
noventa aniversario. A lo largo de noventa años, el EPL ha crecido para
convertirse en un ejército poderoso. China aplica siempre una política
de defensa nacional de carácter defensivo, que incluye los siguientes
aspectos:
En
primer lugar, salvaguardar resueltamente la soberanía, la seguridad, la
integridad territorial y los intereses de desarrollo del país. Proteger
la seguridad, la unificación y los intereses de desarrollo de la nación
constituye el objetivo primordial de la política de defensa nacional de
China. Por ello, China adopta una estrategia militar de denfensa activa
y en lo estratégico persiste en los principios de defender, auto
defender y ganar la iniciativa atacando solamente después de ser
atacada. Y basándose en ganar guerras parciales informatizadas, China se
enfocará en impedir guerras, hará esfuerzos para elevar la capacidad
del ejército para enfrentar diversas amenazas de seguridad y persistirá y
desarrollará el pensamiento estratégico de guerra popular.
En
segundo lugar, defender con firmeza la paz mundial y la estabilidad
regional. China nunca practicará la expansión militar ni buscará la
hegemonía militar, sino persistirá en la política exterior de no
alineamiento, no confrontación ni dirigirse contra terceros y promoverá
el nuevo concepto de seguridad basado en la confianza mutua, el benficio
recíproco, la igualdad y la cooperación a fin de conseguir la seguridad
integral, la seguridad común y la seguridad cooperativa. En el Acto
Conmemorativo del 70 Aniversario de la Victoria de la Guerra de
Resistencia del Pueblo Chino contra la Invasión Japonesa y de la Guerra
Antifascista Mundial, realizado en septiembre del año pasado en Beijing,
el Presidente chino Xi Jinping anunció el recorte en 300 mil efectivos
entre las filas del EPL, lo que fue un nuevo compromiso serio de China
con la paz mundial.
En
tercer lugar, llevar a cabo activamente la diplomacia militar y la
cooperación internacional. Primero, China ha participado activamente en
las operaciones internacionales de búsqueda y rescate en casos de
desastres naturales y en las ayudas humanitarias internacionales al
ofrecer materiales y auxilios médicos a los países afectados por las
calamidades naturales y enviar los equipos profesionales de búsqueda y
rescate a esos países para ayudar a aliviar los estragos de las
catástrofes. Segundo, China ha tomado parte activa en las misiones
internacionales de paz y ha enviado en total más de 30 mil cascos
azules, quienes han participado en 29 misiones de paz. Actualmente más
de 3 mil 100 efectivos y policías chinos están vigilando la paz en 10
zonas, colocando al país a la cabeza de los miembros permanentes del
Consejo de Seguridad de la ONU en cuanto al número de cascos azules. En
la Cumbre de Líderes sobre el Mantenimiento de la Paz, efectuada en
septiembre del año anterior en la sede de la ONU, el mandatario chino
anunció seis medidas importantes, a saber, China creará una fuerza de
reserva de 8 mil efectivos para misiones de paz; capacitará en los cinco
años a 2 mil personas de distintas naciones para misiones de paz;
implementará 10 programas de ayuda para el desminado; apoyará el
establecimiento de la Fuerza Africana de Reserva y una fuerza de
reacción rápida para enfrentar crisis; desplegará la primera flotilla de
helicópteros para las operaciones de la ONU para el mantenimiento de la
paz en Africa; y una parte de los recursos del Fondo China-ONU para la
Paz y el Desarrollo será utilizada para apoyar las misiones de paz.
Tercero, la Armada del EPL ha realizado esfuerzos para cumplir sus
obligaciones internacionales llevando a cabo de manera permanente las
operaciones de escolta en el Golfo de Adén y en aguas de Somalia y
cooperando con las fuerzas de escolta multinacionales para proteger la
seguridad de las rutas marítimas internacionales. Desde 2008, la Armada
de China ha cumplido exitosamente las misiones de escolta de unos 6 mil
barcos chinos y extranjeros divididos en 800 grupos a la hora de asumir
la responsabilidad internacional de proteger la seguridad de los barcos y
las rutas marítimas, la libertad de navegación en alta mar y combatir
la piratería.
Actualmente,
China está haciendo esfuerzos para implementar la reforma del EPL y del
sistema de defensa nacional principalmente en los siguientes aspectos:
con la visión puesta en construir el EPL a través del trabajo político,
impulsar la integración entre la dirección y el control de las fuerzas
armadas y el comando efectivo de las mismas, con el propósito de formar
una nueva estructura, en la que la Comisión Militar Central se hará
cargo de la administración general del EPL, de la Policía Armada y de la
milicia y fuerzas de reserva; los comandos de zonas de batalla se
centrarán en operaciones de combate; y las diferentes fuerzas militares
perseguirán el desarrollo, en aras de establecer un sistema de comando
de batalla integrado por la Comisión Militar Central, las zonas de
batalla y las unidades militares y un sistema de dirección y control
formado por la Comisión Militar Central, las fuerzas militares y las
unidades militares; con la visión puesta en gobernar el ejército de
acuedo con la ley y ser estricto con él, establecer un estricto sistema
de coerción y supervisión del ejercicio del poder; con la visión puesta
en forjar una fuerza combativa más selecta, optimizar el tamaño, la
estructura y la composición de las tropas para impulsar la transición
del ejército de uno numéricamente superior a uno cualitativamente más
eficiente; con la visión puesta en tomar la altura estratégica de la
competición militar del futuro, poner en plena marcha el papel impulsor
de la innovación en el desarrollo, cultivar nuevos puntos de crecimiento
de la capacidad combativa; con la visión puesta en desarrollar,
gestionar y aprovechar bien los recursos humanos militares, impulsar la
reforma del sistema de desarrollo de talentos y la innovación de
políticas en esta área; con la visión puesta en implementar la
estrategia de desarrollo basada en la integración civil-militar,
promover un desarrollo integral entre la construcción económica y la de
defensa nacional. Dicha reforma permitirá al ejército chino cumplir
mejor sus funciones de defender la paz y garantizar el desarrollo
nacional y, junto con sus similares de otras naciones, realizar mayores
contribuciones a un desarrollo pacífico mundial.
Señoras y señores, amigos todos.
Tras
informarles sobre los contenidos fundamentales de la política exterior y
de defensa nacional de China, quiero hacer mis observaciones sobre
varios temas importantes que han recibido amplia atención de la
comunidad internacional en la actualidad.
Uno
de los temas es la relación entre China y Estados Unidos. No sería una
exageración si describimos esta relación como la relación bilateral más
importante en el mundo actual. Todas las partes están atentas e incluso
están preocupadas por si China y EE.UU., el mayor país en vías de
desarrollo y el mayor país desarrollado de nuestro planeta, uno
ascendente y otro ya establecido, la segunda economía y la primera del
mundo, caminan o no hacia conflictos y confrontación y si caen o no en
la “trampa de Tucídides” . El establecimiento de un nuevo tipo de
relaciones entre grandes potencias por parte de China y EE.UU. es la
mejor respuesta a esas inquietudes.
Primero,
China no intenta sustituir a EE.UU. A pesar de que China ya es la
segunda economía mundial, en términos per cápita, se ubica alrededor del
puesto 80 en el ranking mundial. El nuestro sigue siendo un país en
vías de desarrollo y en un periodo de tiempo bastante largo concentrará
esfuerzos en procurar su propio desarrollo. Como dije anteriormente,
tanto la política exterior como la de defensa nacional de China están
orientadas principalmente a defender un desarrollo pacífico de sí misma y
del mundo entero. Persistiremos en el camino de desarrollo pacífico, no
disputaremos la hegemonía con otras naciones y tampoco intentaremos
reemplazar a nadie. El gen del desarrollo pacífico forma parte de la
identidad china. Desde hace más de 2000 años, China estaba empeñada en
construir la Gran Muralla para defenderse y nunca hemos mandado buques
de guerra a los mares territoriales ajenos a hacer lo que quieran.
Segundo,
China y EE.UU. han establecido varios mecanismos de diálogo e
intercambio y tienen la capacidad para fomentar su cooperación y
controlar sus divergencias. En sus reuniones que sostuvieron en junio de
2013 en la hacienda Annenberg, California, en noviembre de 2014 en
Beijing y en septiembre de 2015 en Washington, los presidentes Xi
Jinping y Barack Obama intercambiaron francamente puntos de vista. Como
resultado, los dos países han logrado establecer una confianza mutua
estratégica relativamente alta. Hasta el momento, ambos países han
realizado ocho rondas de Diálogo Estratégico y Económico y siete rondas
de Consultas de Alto Nivel sobre Intercambio Pueblo a Pueblo. Los hechos
han corroborado que tanto China como EE.UU. tienen la voluntad y la
capacidad para llevar adelante su cooperación y manejar adecuadamente
sus discrepancias. Las diferencias que existían entre ambas partes en
materia de cambio climático y ciberseguridad se han convertido
exitosamente en puntos brillantes de la relación sino-norteamericana.
Tercero,
se han establecido vínculos de interés interdependientes e inseparables
entre China y EE.UU.. En 2015 China superó a Canadá para convertirse en
el mayor socio comercial de EE.UU.. El valor del comercio bilateral
totalizó 558 mil 300 millones de dólares. EE.UU. es el segundo socio
comercial de China, el mayor mercado de exportación y el cuarto país de
origen de las importaciones. Las inversiones mutuas han mantenido un
crecimiento acelerado. Hasta el cierre del año pasado, los proyectos de
inversión de las empresas estadounidenses en China fueron de 66 mil con
una inversión total de 77 mil 470 millones de dólares, con los cuales
EE.UU. es ahora el sexto mayor inversionista extranjero en China.
Mientras tanto, las inversiones chinas en EE.UU. sumaron 46 mil 600
millones de dólares y este país se ha convertido en el cuarto receptor
de las inversiones chinas directas en el extranjero. Asimismo, el flujo
de personas entre los dos países asciende a 4 millones 750 mil al año,
es decir, cada día más de 10 mil personas van y vienen entre China y
EE.UU.. Los intereses tan estrechos determinan que cualquier conflicto
cause daños a ambos países y que únicamente la cooperación traiga
beneficos a los dos.
Por
eso, podemos llegar a la conclusión de que a pesar de las diferencias e
incluso roces existentes entre China y EE.UU., las dos naciones tienen
cada vez mayores intereses comunes y convergencias en la cooperación y
no caerán en la “trampa Tucídides”, siempre y cuando ambas partes
mantengan el rumbo de construir un nuevo tipo de relaciones entre ellas.
El
segundo tema que quiero tocar es el asunto del mar de China Meridional.
Últimamente, la opinión pública internacional ha dado mucho bombo y
platillo a este asunto. Quiero hacer mis observciones sobre los dos
siguientes temas:
El
primero, la situación en el mar de China Meridional. China es el primer
país en descubrir, nombrar, ejercer la jurisdicción administrativa y
desarrollar y utilizar las islas Nanshan, por lo tanto, posee la
soberanía indiscutible sobre estas islas y sus aguas adyacentes. Tras el
descubrimiento de yacimientos de petróleo y gas natural en el mar de
China Meridional en los año 70 del siglo pasado, ciertos países del
entorno comenzaron a ocupar y mordisquear ilegalmente islas y atolones
de China. Alrededor de 2010, debido a que EE.UU. aplicó la estrategia de
reequilibrio en la región Asia-Pacífico, el asunto viene subiendo de
tono rápidamente. La esencia de esta cuestión reside en las disputas
territoriales causadas por la ocupación ilegal de las islas y arrecifies
de China por parte de un reducido número de países y y también en el
problema de la demarcación marítima causado por la entrada en vigor de
la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar
(CONVEMAR), y se trata de una cuestión bilateral entre China y un
pequeño número de países directamente involucrados. Pero por la
participación y la agitación de las fuerzas extrarregionales, el tema
del mar de China Meridional ha sido politizado gradualmente. No
obstante, la situación en el mar de China Meridional se mantiene
pacífica y estable y la libertad de navegación en esta área nunca ha
llegado a ser un problema. China y los miembros de la Asociación de
Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) han llegado a acuerdos sobre el
acercamiento de doble vía, según el cual las disputas por las islas y
atolones del mar de China Meridional y sus aguas cercanas serán
resueltas de manera pacífica mediante las consultas y negociaciones
entre China y las naciones directamente involucradas, mientras la paz y
la estabilidad en la región serán mantenidas conjuntamente por China y
los países de la ASEAN. Por otro lado, la mayoría de las construcciones
realizadas por China en dicho mar en el marco de la soberanía pertenece
al ámbito civil y constituye productos públicos que necesita esta región
para la protección de la pesca y la búsqueda y el rescate en casos de
emergencia marítima. Tenemos la confianza en trabajar junto con los
países de la región para hacer del mar de China Meridional un mar de la
paz, la amistad y la cooperación.
El
segundo, el caso de arbitraje sobre el mar de China Meridional. Este
caso es un procedimiento arbitral obligatorio presentado de manera
unilateral y promovido obstinadamente por Filipinas violando el derecho
internacional y rompiendo los consensos alcanzados entre este país y
China y la verdadera intención de Filipinas será denegar la soberanía
territorial y los derechos e intereses marítimos de China en dicho mar a
través del supuesto “arbitraje judicial internacional” y justificar su
ocupación ilegal de ciertas islas y atolones en el archipiélago Nansha
de China. Ante este caso, China siempre ha persistido en su posición de
no aceptar ni participar en él y tampoco reconocer ni aplicar el fallo,
debido a lo siguiente: Primero, la acción de las autoridades filipinas
es ilegal. A pesar de que Filipinas haya maquillado minuciosamente el
caso de arbitraje, la esencia de este caso sigue siendo la soberanía
territorial y la demarcación marítima, lo que está más allá del rango de
ajuste de la CONVEMAR. Además, según su artículo 298, China emitió en
2006 una declaración excluyendo la aplicación del arbitraje y otros
procedimientos obligatorios de solución de disputas a los problemas como
la delimitación marítima. Cabe señalar que más de 30 países, incluido
México, han hecho declaraciones similares, lo que forma parte
inseparable de la CONVEMAR. Segundo, Filipinas no ha cumplido su
compromiso. China y Filipinas han llegado a acuerdos sobre una solución
negociada y pacífica a sus controversias en el mar de China Meridional a
través de la publicación de una serie de documentos bilaterales y
multilaterales que abarcan una declaración conjunta y la Declaración
sobre Conductas de las Partes en el mar de China Meridional, excluyendo
la aplicación de los procedimientos obligatorios de solución a disputas
contemplados en la CONVEMAR a las controversias bilaterales en el mar de
China Meridional. El hecho de que Filipinas haya solicitado
unilateralmente el arbitraje cuando la vía de solución bilateral estaba
lejos de agotarse no sólo ha quebrantado en forma flagrante los
consensos alcanzados entre ambas partes, sino también ha transgredido
una de las normas básicas del derecho internacional en el sentido de que
los tratados deben ser respetados. Tercero, la acción de Filipinas no
es justificable. Filipinas, ignorando los hechos históricos, pretende
ocupar las islas chinas so pretexto del derecho internacional. Este acto
es tan ridículo como el caso de que alguien que le haya arrebatado las
cosas a su vecino, en vez de devolvérselas, pide abiertamente a un
tribunal que dicte un fallo a su favor. La solicitud de arbitraje ilegal
e inválida presentada por Filipinas se está llevando adelante
forzosamente porque recibe un fuerte espaldarazo de ciertas fuerzas
regionales y extrarregionales, particularmente, de algún país que aún no
se ha adherido a la CONVEMAR y tiene un mal historial del
incumplimiento de fallos de la Corte Internacional de Justicia, lo cual
ha hecho que la gente dude de la imparcialidad y la legitimidad del
Tribunal de Arbitraje sobre el mar de China Meridional y se mantenga
alerta ante los objetivos políticos detrás del arbitraje. Frente a esta
situación el “No” de China es justamente una acción justa de defender la
autoridad del derecho internacional y la validez, la seriedad y la
integridad de la CONVEMAR.
El
tercer tema al que quiero referirme es el asunto de Taiwán. Taiwán
forma parte inalienable del territorio chino. La cuestión de Taiwán es
un problema legado por la historia y un asunto interno de China. Desde
2008, ambos lados del estrecho de Taiwán, partiendo de la base política
común de adherirse a los consensos alcanzados entre ambas partes en 1992
y oponerse a la independencia de la isla, ha abierto un camino de
desarrollo pacífico para las relaciones a través del estrecho. Como
consecuencia, la situación en el estrecho se liberó de la tensión y la
agitación y se mantiene tranquila y estable. La clave para mantener un
desarrollo pacífico de las relaciones a ambas orillas del estrecho
reside en apegarse a los consensos de 1992, la base política de estas
relaciones. Esos consensos definen claramente la naturaleza de las
relaciones a través del estrecho y evidencian que la parte continental y
la isla de Taiwán pertenecen a una misma China y que sus relaciones no
se tratan de unas interestatales. En mayo pasado, se produjo el cambio
de poder en Taiwán. Cualesquiera que sean los cambios en la situación
política de la isla, el principio de una sola China no ha cambiado ni
cambiará. Nos oponemos resueltamente a la independencia de Taiwán,
defendemos con firmeza el principio de una sola China, nos oponemos a
que los países que mantienen relaciones diplomáticas con China
establezcan cualquier tipo de contactos oficiales con Taiwán y también
estamos en contra de la adhesión de la isla a las organizaciones
internacionales integradas únicamente por los países soberanos. Deseamos
y confiamos en que los países amigos, incluido México, sigan apegándose
invariablemente al principio de una sola China y otorgándonos la
comprensión y el apoyo en el asunto de Taiwán.
Señoras y señores, amigos todos.
La
corriente histórica de la paz, el desarrollo y la cooperación mundiales
es irresistible, como dice el famoso poeta mexicano Octavio Paz: “Un
caminar de río que se curva, avanza, retrocede, da un rodeo y llega
siempre”. China y México son grandes países emergentes e importantes
naciones en vías de desarrollo. Tienen la gran responsabilidad de
salvaguardar la paz mundial y promover un desarrollo común. Estoy
convencido de que con el esfuerzo conjunto e incansable, las relaciones
entre China y México y entre sus fuerzas armadas tendrán amplias
perspectivas, como dice Octavio Paz: El mundo cambia si dos se miran y
se reconocen.
Fuente: http://mx.china-embassy.org
