El Embajador chino en México Qiu Xiaoqi publicó el 26 de mayo un artículo de opinión en El Sol de México bajo el título de “Por qué China dice “No” al caso de arbitraje sobre el mar de China Meridional”. El artículo indica que el caso mencionado es un procedimiento arbitral obligatorio presentado de manera unilateral y promovido obstinadamente por Filipinas violando el derecho internacional y rompiendo los consensos alcanzados entre este país y China y la verdadera intención de Filipinas será denegar la soberanía territorial y los derechos e intereses marítimos de China en dicho mar a través del supuesto “arbitraje judicial internacional” y justificar su ocupación ilegal de ciertas islas y atolones en el archipiélago Nansha de China. Ante este caso, China siempre ha persistido en su posición de no aceptar ni participar en él y tampoco reconocer ni aplicar el fallo. El Embajador Qiu manifiesta que siendo un vecino cercano de Filipinas, China da importancia a un desarrollo sano y estable de las relaciones bilaterales y exhorta al nuevo gobierno de esa nación a actuar junto con China, poniendo fin lo más pronto posible a la farsa que es el caso de arbitraje, a fin de encontrar una solución a sus disputas a través de las negociaciones y consultas amistosas convirtiendo conjuntamente el mar de China Meridional en uno de la paz, de la amistad y de la cooperación. A continuación el texto completo del artículo.
Últimamente, el caso de arbitraje presentado por Filipinas sobre el mar de China Meridional se ha convertido en un foco de atención mundial debido al cacareo de algunos medios y politicastros. En poco tiempo, diversas fuerzas han subido al escenario haciendo ruidosas disonancias en torno a este tema. E incluso, antes de que se conozca el resultado del arbitraje, algunos se han apresurado a etiquetar a China como país que acosa a los pequeños y no respeta el derecho internacional intentando obligar a China a acatar y aplicar el fallo. No obstante, la cacareada opinión pública internacional no ha podido ocultar la verdad detrás de dicho caso ni ha hecho vacilar la férrea voluntad de China de salvaguardar su soberanía territorial y su firme determinación de defender el estado de derecho en el ámbito internacional.
El caso mencionado es un procedimiento arbitral obligatorio presentado de manera unilateral y promovido obstinadamente por Filipinas violando el derecho internacional y rompiendo los consensos alcanzados entre este país y China y la verdadera intención de Filipinas será denegar la soberanía territorial y los derechos e intereses marítimos de China en dicho mar a través del supuesto “arbitraje judicial internacional” y justificar su ocupación ilegal de ciertas islas y atolones en el archipiélago Nansha de China. Ante este caso, China siempre ha persistido en su posición de no aceptar ni participar en él y tampoco reconocer ni aplicar el fallo.
El “No” de China al caso obedece a lo siguiente:
Primero, la acción de las autoridades filipinas es ilegal. A pesar de que Filipinas haya maquillado minuciosamente el caso de arbitraje, la esencia de este caso sigue siendo la soberanía territorial y la demarcación marítima, lo que está más allá del rango de ajuste de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. Además, según el artículo 298 de la Convención, China emitió en 2006 una declaración excluyendo la aplicación del arbitraje y otros procedimientos obligatorios de solución de disputas a los problemas como la delimitación marítima. Cabe señalar que más de 30 países, incluido México, han hecho declaraciones similares a la de China, lo que forma parte inseparable de la Convención.
Segundo, Filipinas no ha cumplido su compromiso. China y Filipinas han llegado a acuerdos sobre una solución negociada y pacífica a sus controversias en el mar de China Meridional a través de la publicación de una serie de documentos bilaterales y multilaterales que abarcan una declaración conjunta y la Declaración sobre Conductas de las Partes en el mar de China Meridional, excluyendo la aplicación de los procedimientos obligatorios de solución a disputas contemplados en la Convención a las controversias bilaterales en el mar de China Meridional. El hecho de que Filipinas haya solicitado unilateralmente el arbitraje cuando la vía de solución bilateral estaba lejos de agotarse no sólo ha quebrantado en forma flagrante los consensos alcanzados entre ambas partes, sino también ha transgredido una de las normas básicas del derecho internacional en el sentido de que los tratados deben ser respetados.
Tercero, la acción de Filipinas no es justificable. China es el primer país en descubrir, nombrar, ejercer la jurisdicción administrativa y desarrollar y utilizar las islas Nanshan, por lo tanto, posee la soberanía indiscutible sobre estas islas y sus aguas adyacentes. Sin embargo, Filipinas, ignorando este hecho histórico, pretende ocupar las islas chinas so pretexto del derecho internacional. Este acto es tan ridículo como el caso de que alguien que le haya arrebatado las cosas a su vecino, en vez de devolverselas, pide abiertamente a un tribunal que dicte un fallo a su favor.
Cuarto, China siempre actúa con apego al derecho internacional. La solicitud de arbitraje ilegal e inválida presentada por Filipinas se está llevando adelante forzosamente porque recibe un fuerte espaldarazo de ciertas fuerzas regionales y extrarregionales, particularmente, de algún país que aún no se ha adherido a la Convención y tiene un mal historial del incumplimiento de fallos de la Corte Internacional de Justicia, lo cual hará que la gente dude de la imparcialidad y la legitimidad del Tribunal de Arbitraje sobre el mar de China Meridional y que se mantenga alerta ante los objetivos políticos detrás del arbitraje. Frente a esta situación el “No” de China es justamente una acción justa de defender la autoridad del derecho internacional y la validez, la seriedad y la integridad de la Convención.
La ausencia de China en este arbitraje ilegal no cambiará la historia y la realidad de que China posee la soberanía sobre las islas del mar de China Meridional y sus aguas aledañas ni afectará las políticas y posición consecuentes de China de defender con firmeza la paz, la estabilidad y la libertad de navegación en el mar de China Meridional y de persistir en buscar una solución a las disputas mediante las negociaciones y consultas, controlar las discrepancias a través de las reglas y los mecanismos y lograr el beneficio mutuo y la ganancia compartida por medio del desarrollo y la cooperación.
Siendo un vecino cercano de Filipinas, China da importancia a un desarrollo sano y estable de las relaciones bilaterales y exhorta al nuevo gobierno de esa nación a actuar junto con China, poniendo fin lo más pronto posible a la farsa que es el caso de arbitraje, a fin de encontrar una solución a sus disputas a través de las negociaciones y consultas amistosas convirtiendo conjuntamente el mar de China Meridional en uno de la paz, de la amistad y de la cooperación.