Desde 2009, EE.UU. ha jugado un papel principal en el incremento de la tensión entre China y los países del Sudeste Asiático, convirtiendo el Mar Meridional de China en una zona caliente de la región, de lo que nadie se beneficia.
Recientemente, en varias ocasiones, el almirante Harry B. Harris, jefe del Comando del Pacífico de las Fuerzas Armadas de EE.UU., y Daniel Russell, asistente del secretario de Estado de EE.UU. para asuntos de Asia Oriental y el Pacífico, se refirieron al asunto del Mar Meridional de China y acusaron a China de amenazar a los países vecinos y socavar la estabilidad regional.
China y algunos países costeros del Mar Meridional de China han mantenido disputas por sus respectivos intereses territoriales y marítimos durante más de tres décadas, pero se las han arreglado para dirimir sus diferencias y controlar los riesgos, impidiendo que éstas entorpezcan el crecimiento sostenido de los lazos bilaterales entre ellos y entre China y la Asean. En noviembre de 2002, China y los países dela Aseanfirmaronla Declaraciónsobrela Conductade las Partes en el Mar Meridional de China (DOC, siglas en inglés), la cual estipula que se resolverán las disputas jurisdiccionales y territoriales por medios pacíficos a través de consultas y negociaciones amistosas y que existirá cooperación marítima.
Sin embargo, desde que EE.UU. adoptó la llamada estrategia de reequilibrio en Asia-Pacífico, el asunto del Mar Meridional de China se ha ido volviendo cada vez más notorio. Desde 2009, algunos altos cargos del Gobierno estadounidense han venido realizando repetidamente observaciones irresponsables sobre la política de China, apoyando a los países que mantienen disputas con China e incluso causando divisiones entre China y los países del Sudeste Asiático. Diría que 2009 marcó el punto de inflexión en el asunto del Mar Meridional de China y que EE.UU. ha sido la fuerza impulsora de las tensiones en la región. Esta conclusión está basada en las siguientes premisas.
Instigar los países de la región
Después de la primera visita de Hillary Clinton a Asia como secretaria de Estado de EE.UU. en 2009, algunos países del Sudeste Asiático cambiaron considerablemente sus políticas respecto al Mar Meridional de China. Clinton abandonó Asia en febrero. Poco después, en marzo, Filipinas aprobó una nueva ley para reclamar soberanía sobrela Isla Huangyany algunas de las Islas Nansha. En mayo, Vietnam envió ala Comisiónsobre los Límites dela Plataforma Continental(CLCS, siglas en inglés) unos límites que exceden las 200 millas náuticas de su plataforma continental desde la línea de base, reclamando soberanía sobre las islas chinas de Nansha y Xisha.
A causa de la incitación de los altos cargos del Gobierno estadounidense, el asunto del Mar Meridional de China ha ido evolucionando gradualmente hasta convertir la región en una inquietante zona caliente. En mayo de 2012, en una sesión del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, Clinton dijo que las reclamaciones territoriales de China excedían lo permitido porla Convenciónde Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Unclos, siglas en inglés). Durante su visita en julio a Vietnam, Clinton reafirmó el apoyo de EE.UU. a Hanoi.
El destructor lanzamisiles estadounidense William P. Lawrence llevó a cabo una maniobra rutinaria en las aguas internacionales del Mar ,Meridional de China el pasado 2 de mayo. Luego, el día 10, se supo que el buque estadounidense había llevado a cabo una “operación de libertad de navegación rutinaria”, navegando por las inmediaciones del Arrecife de Fiery, ubicado en las aguas disputadas de la zona.
EE.UU. también ha animado a los líderes de algunos países del Sudeste Asiático a discutir el problema del Mar del Sur de China en las reuniones dela Asean, tratando de poner a toda la organización en contra de China. Como resultado, se han acumulado las diferencias en el seno dela Aseandebido a la distancia abierta entre las posturas de sus estados miembros respecto a este asunto.
Con el firme apoyo de EE.UU., Filipinas ha decidido retractarse de sus acuerdos bilaterales con China para resolver el problema del Mar Meridional de China a través de la negociación y ha solicitado arbitraje internacional. Con el fallo del llamado arbitraje a la vuelta de la esquina, EE.UU. ha asegurado, en tono de advertencia, que China pagará un alto precio si rechaza acatar el fallo.
Queda de manifiesto que EE.UU. apoyó a ciertos países demandantes para que no abordasen sus disputas con China a través de las consultas bilaterales, animándoles en su lugar a la confrontación. Esto no resulta tan extraño si unimos los puntos, porque EE.UU. ha estado detrás del caso de arbitraje y está haciendo todo lo posible para asegurarse de que Filipinas lo gane. También es cuando menos muy extraño ver a EE.UU., que ni siquiera ha firmadola Unclos, pedir a los diferentes países que sí lo han hecho, incluido China, que respeten la legislación internacional.
Crear y exagerar un problema
Durante mucho tiempo, no han existido conflictos relativos a la libertad de navegación o sobrevuelo en el Mar Meridional de China. El así llamado conflicto de libertad de navegación y sobrevuelo fue creado y exagerado totalmente por EE.UU.
Desde 2015, en nombre de la salvaguarda de la libertad de navegación y sobrevuelo, EE.UU. se ha convertido en un actor principal, más que en un manipulador desde la sombra, en el conflicto del Mar Meridional de China. En esencia, para EE.UU. esta libertad significa que sus barcos de guerra pueden navegar libremente por cualquier parte del mundo.
Existe riesgo de militarización en nuestra región, lo cual merece un cuidadoso estudio acerca de quién debería asumir la responsabilidad por ello.
Ya en 2011, EE.UU. desplegó el 60 por ciento de sus recursos militares en Asia-Pacífico. En los últimos años, con la puesta en práctica de su estrategia de reequilibrio, el país ha estrechado sus lazos militares con sus aliados regionales, expandido sus brazos y estirado sus músculos a través de ejercicios militares, generando tensiones en el Mar Meridional de China.
Por citar tan solo unos pocos ejemplos: EE.UU. reforzó su ayuda militar a Filipinas y Vietnam y firmó el Acuerdo de Cooperación de Defensa Mejorada con Filipinas, reconquistando el derecho perdido hace más de dos décadas de asentar tropas y armamento en las bases militares filipinas. EE.UU. también ha enviado repetidamente sus buques militares a las aguas territoriales de las islas chinas de Nansha, así como sus aviones a sobrevolar su espacio aéreo.
Es más, EE.UU. utiliza siempre una doble vara de medir en lo que respecta al asunto del Mar Meridional de China. Mientras señala a China y critica las construcciones realizadas en sus propias islas y arrecifes, prefiere ignorar el hecho de que Filipinas y Vietnam hayan ocupado ilegalmente, a fin de cuentas, 42 islas y arrecifes en el Mar Meridional de China y llevado a cabo reclamaciones territoriales sobre importantes islas y arrecifes desde principios de la década de 1980.
Cegados por ilusiones
La estrategia de reequilibrio estadounidense ha cegado de ilusión a algunos países reclamantes. Anhelan que, con el creciente respaldo de EE.UU., puedan lidiar con el problema del Mar Meridional de China a través de la confrontación en lugar del diálogo.
EE.UU. se ha acostumbrado a actuar como un policía o un juez en los asuntos internacionales, y se da el gusto de establecer reglas y dictar cómo han de ser ejecutadas. No tolera que desafíen su hegemonía global y cree que todos los asuntos han de ser tratados como le complace. No siempre practica la democracia en las relaciones internacionales, sino que es dictatorial y autoritario. Lo que ha estado haciendo ha sido criticado a menudo, lo cual es bien sabido por algunas figuras políticas estadounidenses. Sin embargo, los malos hábitos son difíciles de erradicar.
No es una coincidencia que a los cambios en la política estadounidense hayan seguido otros en algunos países del Sudeste Asiático en relación al Mar Meridional de China. La tensión en la zona es un cebo intencionadamente publicitado. Lo que EE.UU. ha hecho y continúa haciendo acabará con una Asean más dividida.
China es un firme defensor de un orden internacional basado en la ley. Sin embargo, la legalidad internacional es la que sigue toda la comunidad internacional, no una herramienta que pueda explotar un puñado de países para perseguir su agenda política. Todos los países de la región deberían trabajar juntos para salvaguardar la paz y estabilidad regionales y para prevenir que nuestra región se deslice gradualmente hacia la “Trampa del Mar Meridional de China”.
China yla Aseandeberían adherirse a una aproximación dual para tratar al problema del Mar Meridional de China, la cual se basa en que las disputas deberían ser abordadas a través de negociaciones y consultas amistosas entre los países directamente implicados, y salvaguardar la paz y la estabilidad en el Mar Meridional de China.
Actualmente, el problema del Mar Meridional de China se ha convertido en un tema candente que perturba las reuniones de los líderes dela Aseany las cumbres del Asia Oriental, y ha sido resaltado como un asunto que afecta a la paz y a la seguridad de la región.
Desde esta perspectiva, parece que EE.UU. ha tenido éxito en su intento de pescar en aguas turbulentas pero, a largo plazo, nunca nadie ganará nada del hecho de aumentar la tensión en el Mar Meridional de China
* El autor Xu Bu es Embajador dela República PopularChina parala Asean.
