Una solución para el disputado Mar Meridional de China

Durante la Cumbre de Seguridad Nuclear a finales de marzo, el presidente de China, Xi Jinping, en una reunión con su homólogo de Estados Unidos, Barack Obama, expresó la firme determinación de salvaguardar la soberanía y los derechos de nuestro país sobre el Mar Meridional de China, e instó a EE. UU. a no tomar partido en disputas territoriales y de soberanía, y a que ejerza un papel constructivo en el mantenimiento de la paz y la estabilidad en la región.
 
Las políticas estadounidenses “Girar hacia Asia”, de 2009, y “Reequilibrio hacia el Asia-Pacífico”, de 2012, fueron intentos de asociarse con los países que rodean el Mar Meridional de China para contener a China. EE. UU. incluso fortaleció su presencia y despliegue militar en la zona, intensificando las contradicciones locales.
 
Atendiendo a la política de reequilibrio de la región Asia-Pacífico, en los últimos años Japón ha adoptado una serie de medidas, como suspender la prohibición de involucrarse en la autodefensa colectiva, para contener a China. En la próxima cumbre del G7, este mes de mayo, se espera que Japón inste al resto a alcanzar un acuerdo para contener a China en los asuntos relacionados con el Mar Meridional de China y el Mar Oriental de China.
 
Rico en petróleo y gas natural, el Mar Meridional de China es también una de las vías marítimas más transitadas del mundo, con unos derechos de flete valorados en unos 5 billones de dólares. Apoyados por EE. UU., los países en la orilla del Mar Meridional de China han desafiado abiertamente la soberanía de nuestro país sobre este mar y sus aguas circundantes. Filipinas incluso solicitó un arbitraje judicial sobre la disputa de soberanía a la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya.
 
Existen documentos históricos que registran que los chinos fueron los primeros en descubrir las islas Nansha durante la dinastía Han (202 a.n.e.-220) y en tener un conocimiento considerable del Mar Meridional de China. Con el progreso de la tecnología de navegación y la invención y extensión del uso de la brújula, la navegación y las actividades del pueblo chino en la zona tendieron a ser más frecuentes durante la dinastía Song (969-1279). Desde entonces, el pueblo chino ha producido y comerciado, con actividades como la pesca y la recolección de corales, en esta vasta zona de las islas del Mar Meridional de China y aguas adyacentes. También existen incontables mapas y archivos de las dinastías Ming (1368-1644) y Qing (1644-1911) que registraron las islas y los arrecifes del Mar Meridional de China.
 
Después de la II Guerra Mundial, China recuperó su soberanía sobre las islas Nansha y las islas Xisha, que estaban en manos de Japón, como se estipuló en una serie de documentos internacionales, como la Declaración de El Cairo y la Proclamación de Postdam.
 
En 1958, el Gobierno de la República Popular China publicó una vez más una declaración en la que sostiene que las islas Dongsha, Xisha, Zhongsha y Nansha y las doce millas náuticas que las rodean son parte del territorio chino. La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, que entró en vigor en 1994, apoya decididamente el desarrollo pacífico y el uso que ha hecho China del Mar Meridional de China en los últimos años. Dado que la Convención no puede juzgar disputas acerca de derecho territorial marítimo, soberanía histórica y ventaja militar, el Gobierno chino rechaza el arbitraje sobre el Mar Meridional de China.
 
En el marco del 25° aniversario del establecimiento de la asociación China-ANSEA, el 11 de abril pasado se celebró un seminario en Beijing en el que la embajadora de Filipinas en China, Erlinda Basilio, sostuvo que su país nunca recurrirá a la fuerza militar en el asunto del Mar Meridional de China.
 
Aries Arugay, investigador de un think tank filipino y director ejecutivo del Instituto de Estudios Estratégicos y de Desarrollo, dijo que Filipinas sometió a arbitraje el asunto del Mar Meridional de China sin haber consultado con la ANSEA ni considerado los intereses de todas las partes, lo cual cierra la puerta al diálogo con los otros países. Si el Gobierno de Filipinas hubiese escogido ante todo el diálogo y la comunicación, ahora las cosas serían diferentes.
 
El experto también señaló que Filipinas está en un periodo electoral y que quizá el nuevo presidente tenga una actitud diferente respecto a este asunto. De los cuatro candidatos presidenciales, tres expresaron su deseo de entablar un diálogo con China, lo cual es una tendencia positiva.
 
No hace mucho, algunos medios de comunicación de Vietnam informaron que un barco pesquero de este país había sido interceptado por un navío chino en “aguas vietnamitas”. El 14 de marzo se realizó una pequeña manifestación contra China en Hanoi, capital de Vietnam. Sin embargo, nada de esto influyó en la amistosa atmósfera de intercambios militares de alto nivel entre ambos países. Cuando el presidente de China, Xi Jinping, visitó Vietnam el pasado mes de noviembre, los dos países acordaron gestionar las disputas marítimas, implementar la Declaración de Conducta de las Partes en el Mar Meridional de China y tratar de alcanzar lo antes posible un consenso sobre el Código de Conducta para el Mar Meridional de China. Ambos prometieron no hacer nada que pueda alargar o complicar las disputas, manteniendo así las relaciones chino-vietnamitas y la paz y la estabilidad en el Mar Meridional de China.
 
Aunque China y Vietnam tuvieron durante décadas discrepancias respecto a la frontera marítima, el asunto fue resuelto satisfactoriamente a través de la negociación. Esto demuestra que solo los tratados bilaterales pueden resolver completamente las disputas territoriales.

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