Por: Gabriela Becerra
Además de su capacidad como alto funcionario, la sonrisa y el carácter afable son dos de las “armas” con las que el primer ministro chino se abrió paso en su visita a cuatro países latinoamericanos.
Li Keqiang alcanzó diversos e importantes acuerdos en materia de inversión con Brasil, Colombia, Perú y Chile en su gira que se llevó a cabo del 18 al 26 de mayo.
Esta visita dio sustento a la promesa que hiciera en enero pasado el presidente chino Xi Jinping, de invertir 250,000 millones de dólares en América Latina y el Caribe en los próximos 10 años.
En la última década, China se ha convertido en el principal socio comercial de América Latina, de ahí el interés por concretar una serie de proyectos de inversión con países con los que ha mantenido una fortalecida relación comercial en las últimas décadas.
Tan sólo estos cuatro países (Brasil, Colombia, Perú y Chile) representan el 57 por ciento del intercambio económico entre China y América Latina, de acuerdo con Amapola Grijalva, CEO de World Trade And Investment Group.
En opinión de Xulio Ríos, director del Observatorio de la Política China, la relación China-América Latina necesita una nueva hoja de ruta con nuevos contenidos.
“Ambos actores deben demostrar que otro modelo es posible. El compromiso chino con grandes proyectos de alcance como el Canal de Nicaragua o el ferrocarril transamazónico, es indicativo de la presencia de otro enfoque, más ambicioso y transformador, que puede completarse con un impulso a la industrialización de la región.
“Del lado latinoamericano se requiere también un esfuerzo singular capaz de aprehender el verdadero signo de esta oportunidad histórica”, señala Ríos.
Uno de los proyectos que más ha llamado la atención por su alcance y dimensión es el de la línea férrea que conectará a Brasil y Perú, el cual contará con capital chino y permitirá la salida hacia el Pacífico de las exportaciones de soja, hierro o azúcar brasileños hacia China.
Con Brasil también se firmaron 35 acuerdos de inversión con un valor de 53,000 millones de dólares en áreas como la agricultura, aeronáutica, automoción, infraestructuras, energía y siderurgia.
Cabe recordar que Brasil es el principal socio comercial chino en América Latina y que, en 2014, el comercio Brasil-China sumó 79.000 millones de dólares.
En otros importantes acuerdos, China eligió a Chile como la plataforma financiera para expandir su moneda en América Latina, con el establecimiento del primer banco de liquidación en renminbi (RMB o yuan) en Sudamérica. El banco chino tendrá una inversión inicial de 189 millones de dólares.
Para Jorge Eduardo Navarrete, ex embajador de México en China, la visita del primer ministro marca el lanzamiento de una segunda fase de colaboración comercial, económica y financiera entre la región y la que es ahora la mayor economía del mundo.
“Desde su primera fase, la relación entre China y América Latina ha estado dominada y ha sido regida por los vínculos con los países del sur, en especial la gran economía sudamericana, la mayor del conjunto de la región: Brasil”.
Colombia también quiere ser protagonista en la nueva relación de la región con China. Al igual que Perú, que ya tiene un Tratado de Libre Comercio con China, Colombia analiza esta posibilidad tras la visita de Li Keqiang, pues China se ha convertido en su segundo socio comercial.
Tan sólo en 2014, el comercio entre Colombia y China alcanzó los 17,000 millones de dólares, una cifra que es 15 veces superior a la registrada hace una década.
Tras la firma de ambiciosos proyectos, el afianzamiento de la relación financiera y la posibilidad de nuevos tratados comerciales, Amapola Grijalva considera que muchos analistas se han comenzado a cuestionar acerca de si hay un interés de control territorial por parte de China en América Latina.
“En mi opinión, el interés primordial de China es asegurar el abasto suficiente de alimentos y materias primas para soportar su propio desarrollo”.
En este mismo sentido, Sergio Martínez Rivera, miembro del Centro de Estudios China-México de la Facultad de Economía de la UNAM, considera que uno de los principales retos de China será disipar con hechos concretos este tipo de cuestionamientos.
“China tiene un enorme reto: dentro y fuera de su territorio debe demostrar que su expansión y presencia en el siglo XXI va más allá de la figura de neocolonialista como se le ha querido endilgar”.
Mientras que el reto para América Latina y el Caribe será el hacer un esfuerzo para construir su propio camino, como lo ha hecho China, señaló el investigador.
Con la reciente visita del carismático primer ministro chino, Li Keqiang, a América Latina, queda confirmada la importancia que tiene la región en la agenda económica de China, un interés que no sólo busca conseguir importantes acuerdos financieros sino la prosperidad y bienestar para los pueblos involucrados.